Leyendo las últimas declaraciones del "actor barra columnista barra ideólogo barra santurrón" Chuck Norris acerca de la reforma sanitaria del presidente Obama, me he puesto a pensar acerca de la popularidad que desde hace unos años está cobrando este infame personaje.

Desde hace unos años, las bromas en torno a su persona le están otorgando una inmerecida popularidad más que nociva. El foco de atención situado permanentemente sobre sus actos y declaraciones le sirven como plataforma para extender un mensaje absolutamente repugnante.
Pero vayamos por partes.
Para empezar, la popularidad de Chuck Norris, concretamente en España, es una patraña contagiada por los Estados Unidos donde sí que es realmente popular. Aquí, las películas de Chuck Norris nunca calaron del mismo modo que series como El Equipo A o Dinastía. De modo que esta "mitificación" de la figura de Norris es tan ridícula como artificial. En España, las películas de Norris no las ha visto ni perri, quedando reservadas para los fanáticos de las artes marciales y matones de discoteca en general. Pero claro, es que las bromas de Chuck Norris están tan de moda... Son tan divertidas... ¡PUES NO!
Para eso escribo este post. Para que Chuck Norris no sea digno ni de bromas, ni de camisetas ni de videojuegos. Ensalzar su fuerza, poder y habilidades, aunque sea de broma, es algo que tiene que acabar. Bromas que por cierto mantengo que nacieron dedicadas al cretino de Vin Diesel (sucede que los "Vin Diesel facts" calaron más con Norris de protagonista).
Se acabó alabar su supuesta "fuerza mortal" en broma. A partir de ahora, sólo debería ser objeto de bromas despreciativas. ¿Por qué? Porque ya basta de darle tanto protagonismo a un jodido impresentable de ultraderecha.
Las aspiraciones políticas de Norris (quiere gobernar en Texas), que empiezan por apoyar al partido Republicano y hacer apología del uso de armas, prosiguen en una columna-púlpito de opinión desde el que se permite proferir toda clase de barbaridades y mentiras para tarugos del cinturón de la Biblia. Burradas que ya aparecían en forma de películas llenas de mensajes racistas y ultra reaccionarios. Eso por no mencionar su serie de televisión, Walker Texas Ranger, que sólo se atreve a emitir un canal de televisión tomado por ultra católicos y derechistas extremos.
Porque esa es otra. Norris tiene escritos (¿?) varios libros sobre religión cristiana que habría que leer para saber hasta qué punto tiene los sesos carcomidos por lecturas literales de la Biblia.
Santurrón, homófobo, militante de la derecha más recalcitrante, amante de las armas de fuego... En definitiva, un jodido fascista que no merece más que todo mi desprecio.