lunes, 4 de febrero de 2008

Monstruosa crítica

¿Han merecido la pena la espera y el “hype” generado por la última superproducción americana, “Cloverfield” (”Monstruoso” en España)? Sinceramente y, desde mi punto de vista, no. No me entiendan mal, está claro que esta es una película que busca entretener y lo consigue. La premisa está bien planteada, aunque esté más vista que el tebeo, y solventemente narrada, los actores son creíbles a ratos, los efectos digitales son francamente espectaculares, la acción frenética y agobiante (aunque la cámara maree) pero cuando las luces se encienden, te das cuenta de que JJ Abrams es un genio vendiendo humo.



¿Y por qué?, se preguntarán ustedes. Bien, la película comienza contándonos de manera bastante buena (aunque ligeramente pesada) las amistades, aventuras amorosas y el futuro profesional de un joven que parte a hacer las Américas (bueno, más bien parte desde las Américas a hacer los Japones), todo centrado entre los preliminares y el transcurso de su fiesta de despedida. En lo más interesante de la fiesta (hablando desde el punto de vista del culebrón, claro está), algo ataca la ciudad y desde ese momento toda la película se transforma en un mareante ir y venir de escenas apabullantes de acción, destrucción, monstruosidades, gritos, etc. que nos guiarán a su previsible y soso final. La película cuenta con buenos detalles y algún destello de brillantez que aparece desperdigado a lo largo del metraje (el bicho se sale), pero en conjunto el resultado de la misma es un pobre refrito de géneros y situaciones bastante vistas.


Una de las escasas virtudes del film es la atmósfera de incertidumbre y agobio que rodea los sucesos que estamos viendo. Una mareante cámara que nos muestra sólo el punto de vista de los sufridos protagonistas y sus desventuras. Pero esto no debe ser tan difícil de lograr si nos paramos a pensar un poco. ¿O acaso no es algo de una sencillez enorme de conseguir con una cámara casera sin estabilizadores de ningún tipo? Pruébenlo en casa, correteen cámara en mano cual reporteros del Tomate persiguiendo a Cachuli y peguen unos cuantos gritos, verán que bien queda, su propio cortometraje de terror que no tendrá nada que envidiar a REC o a El Proyecto de la Bruja de Blair.


Lo que sí hay que admitir es que los efectos de la película dejan al resto de producciones rodadas con esta técnica a la altura del betún, porque están tan bien hechos y tan bien integrados que llegas a dudar que toda esta acción no sea real. Y es que las escenas de destrucción parecen sacadas de los ataques que sufrió Nueva York durante el 11-S. Y no dejas de sentir el malestar que habrá sentido gran parte del público yanki que vivió esta catástrofe al contemplar la viveza y crudeza con que el señor Reeves y el señor Abrams muestran estos sucesos. Se nota que esas escenas han sido concebidas siguiendo punto por punto las del 11-S, para remover en su asiento a todos aquellos que vimos (o vivieron) en su momento el impacto de la gran tragedia americana y así hacer la situación narrada más creíble.


El otro cincuenta por ciento realmente esencial de la película que es el guión es el humo al que antes me refería. Durante bastante tiempo, Internet ha estado lleno de referencias, falsas webs, acertijos y teorías acerca del monstruo y de la trama de la película. Se especuló que esta fuese a versar acerca de la llegada de los antiguos dioses extraterrestres que el gran Lovecraft y su circulo nos narraron de manera magistral en sus Mitos de Cthulhu y que el monstruo fuera unos de ellos. Y está claro que la enormidad del engendro podría estar claramente influenciada por los mostrados en la obra del genio de Providence, pero finalmente el guionista no nos cuenta absolutamente nada de los orígenes ni motivaciones del monstruoso ser que ataca Nueva York ni del resultado final de la contienda (fácil de imaginar, pero seco y mal resuelto). Sin embargo, no nos deja ninguna duda acerca de lo heroico del americano medio que, por amor, es capaz de recorrerse una ciudad que está siendo completamente devastada y asediada por un monstruo del tamaño de tres estadios y por el ejercito americano en pleno disparando pepinazos a diestro y siniestro mientras pone en peligro su vida y la de sus amigos. ¿Por qué siempre tiene que haber un romance? Los americanos te pueden contar la guerra más cruda que puede haber en el mundo, llena de desmembramientos, mutilaciones y vaciados de intestinos, pero el romance que persiste y vence al mal nunca puede faltar. Venga señores, a cagar a la vía.


Otro de los pocos aciertos de la película es el de mostrar a la sociedad (en este caso a la americana, pero puede extenderse a la de prácticamente cualquier país) tecnológica en que nos hemos convertido, obsesionada por documentar absolutamente todo lo que ocurre a nuestro alrededor, ya sea con cámaras, móviles, etc., prácticamente sin pensar en el peligro que puede surgir de lo que estamos grabando, pero como los mencionados anteriormente, estos detalles son mínimos y no influyen en el pobre resultado final de la película.


Lo dicho, historia previsible, que tiene ciertos destellos de angustiosa originalidad (el rescate en la torre inclinada) pero que peca de los típicos fallos, algunos sangrantes (sobrevivir a un accidente de helicóptero o que el ejercito americano sea tan incompetente como para dejar marchar a unos jóvenes alocados que van a rescatar a una doncella en apuros) y otros no tanto (ese cámara que puede hasta luchar o escalar sin tener grandes dificultades para seguir grabando). Y es que estos fallos se hacen esenciales para que la historia siga avanzando, porque esa amigos, esa, es la magia del cine. En resumen, no deja de ser la tópica película de catástrofes llena de convencionalismos, con la originalidad de estar narrada desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados en este tipo de producciones, es decir, desde el de la víctima de a pie y no desde el del omnipotente y omnipresente ejercito americano. Sino la ven no se perderán nada más que un nuevo intento de Godzilla rodeado de más misterio (aunque sin la genialidad ni personalidad del monstruo japonés) y de un grupo de actores que se dedican a gritar, correr y sufrir.
Y sino van a verla también se ahorraran una pasta en Biodraminas, porque vaya mareo de cámara.


Oscuros saludos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno,

Ante todo debo decir que ir al cine a ver Cloverfield ha sido un auténtico shock. Sobre todo cuando he pagado la entrada (algo más de 7 eurazos en el primer pase del día!!!). Después de aquello ya nada podía darme más miedo.
Si dividimos las ideas que me vienen a la cabeza tras vez en film podría decir que:

1-Me río de todos los frikis que perdieron el tiempo especulando sobre el bicho y los que después de ver el film se pasarán horas escribiendo sobre sus putas teorías acerca del origen y motivaciones de la criatura. Sinceramente, después del Godzilla americano, lleno de mil y un explicaciones tipo N. Geographic, se agradece que en Cloverfield no nos cuenten NADA.

2- Hubiera sido la polla un final tipo "Return of the Living Dead" o "Miracle Mille". Si no las has visto ya es que no mereces leer este blog. Ambas terminan con un ataque nuclear total. (Joderos, tontitos del spoiler)

3- El diseño del monstruo no ha estado, en mi modesta opinión, a la altura. Me molaba mucho más el boceto que vi en un periódico, más cercano a una piraña con patas o al mutante de The Host (que por cierto, que MEGAPUFO!).

4- Señorita Caplan, espero conocerla en mi próxima visita a Coney Island.

Mauro Picotto dijo...

La crítica está bastante acertada, salvo que para mi, el balance tiende más a positivo que a negativo, probablemente lo más molesto es el movimiento de cámara, en ocasiones exagerado, pero creo, que su intención de hacernos creer que estamos viendo realmente una cinta perdida sobre la catástrofe, está bastante cerca, salvando las flipadas y fantasmadas. Por cierto, ¿qué cámara es? la mejor batería del mundo, con vida propia e irrompible!
por cierto, 7€ duelen siempre...

Doctor Proctor dijo...

Puede ser que sí tienda más a resaltar el lado positivo de la película y es que yo no digo que sea una mala película, digo que está desaprovechada. Lo de las explicaciones acerca del origen del monstruo simplemente viene a cuento de que fueron los productores, creadores, etc. los que llenaron Internet con acertijos y mierdas varias que te daban pistas acerca de origenes estelares y polladas cosmicas. Pero la verdad, señor B... digo señor lenguanegra, si que es verdad que se agradece que no nos den el tostón con eso, pero a lo mejor hacía falta un poquito de concisión.
Por lo demás, completamente de acuerdo con sus puntos expuestos (excepto el del monstruo, que no está tan mal).

Y, desde luego, absolutamente a favor de conocer a la señorita Caplan en nuestra próxima vista a Covi, digo Coney Island.

Anónimo dijo...

Efectivamente, fueron los "responsables" del film los que dieron todo tipo de pistas y dejaron rastros confusos por la red. En cristiano: CARNAZA PARA FRIKIS, los potenciales consumidores de estos productos, y los mejores publicistas de lo que los pedantes llaman ahora markenting viral. Nada como alimentar las fantasias de pajero de unos cuantos fatnerds para elaborar un producto rentable.
La película no está mal, creo que ha quedado claro. Pero para los que lean estas líneas en el futuro les dejo un mensaje: La PELICULA no está mal. PELICULA. Como Matrix o Star Wars, que son PELICULAS. No la puta vida real. Eso que veis a traves de vuetras ventanas llenas de vaho.

Doctor Proctor dijo...

Jajaja, veo que alguien tiene un mal día...