London Bunker: Cosas que no se deben hacer nunca en Londres. Comprobado (casi todo), Vol. II

Seguimos con la serie dedicada a los comportamientos incorrectos, que ustedes no deberán seguir en los países anglosajones, a no ser que deseen ser repatriados con un gran dolor de costillas y una prospección anal gratuita cortesía de los chicos de Scotland Yard:

- Nunca llenarás el hostal en el que te encuentras de carteles indicativos que guíen a las pobres incautas que allí se alojan (¡¡a por las suecas!!) hasta la boca del lobo (o más bien hasta la leonera) que es tu habitación, sobre todo si los mensajes son a cada cual más soez y de mayor contenido explicito-grosero-sexual. ¿Qué pasaría si lo hiciéramos? Pues que, fíjense como son las europeas (o las españolas de viaje por allí), que más de una no pudo resistir la tentación de golpear la puerta, les podemos decir que algunas llamadas casi nos hacen saltar de la cama… Si es que nadie se resiste al encanto de tres bunkeros (+ 8 amig@s) perdidos por Londres.

Pasen y vean...

- Nunca intentarás hablar con tu más que correcto inglés con los dependientes, camareros y demás personal del "sector servicios" de Londres ¿Qué pasaría si lo hiciéramos? Pues que descubriremos (después de devanarnos los sesos para expresarnos con soltura), que el/la susodicho/a nació en Albacete (y por tanto, habla correctísimo castellano). Visto lo visto, creemos que hasta Margaret Thatcher lo hablaba... Fíjense como estará el Imperio Británico que allí se coreaba “Londres español” en vez del manido “Gibraltar español”.

Esta foto de Picotto no viene a cuento pero bueno, ¡con lo mono que está cómo no lo voy a sacar!

- Nunca jamás se les ocurra (y menos si son mujeres), alojarse en un hostal barato, grande, céntrico y para mochileros de Londres. Y menos aún coger el ascensor a altas horas de la madrugada solas o con un par de amigas. ¿Qué pasaría si lo hiciéramos? Pues que puede aparecer un tipo con cara de commonwealth recién salido de la ducha y tapando sus vergüenzas sólo con una toalla. Esta historia, como todo lo que figura aquí, es totalmente verídica y por suerte nos paso sólo a los bunkeros y no a nuestras acompañantes femeninas. El susodicho, al ver que el ascensor estaba ocupado por 6 hombretones dijo “Oh, no females. Bye” (que quiere decir “¿no hay jamelgas? Ahí os quedáis”) y se marchó por las escaleras tan pancho. Buena táctica para ligar, tomen nota.

- Nunca en la vida se nos ocurrirá entrar a un pub inglés especializado en retransmisiones deportivas con una melena larga y rizada. ¿Qué pasaría si lo hiciéramos? Pues que los ingleses, que son de natural gente de pelo corto y lacio, se emocionarán al ver semejante mata y vendrán, cuales beodos Llongueras, a sobar los largos pelos y calificar la melena de “fuckin’ cool” o “fuckin’ great”. Esto puede dar lugar a divertidos equívocos, dependiendo del nivel de inglés del receptor del piropo, ya que entender inglés, entendemos poco, pero “fucking” todos sabemos que no significa nada bueno…

Melenas, melenas, terror de las nenas

- Y para terminar, nunca escribirás en la puerta de la habitación de unas chicas mensajes de incitación sexual para todo el que pase por delante de madrugada. ¿Qué pasaría si lo hiciéramos? Pues que el éxito del escrito puede producir unas cuantas llamadas a la puerta despertando a las inquilinas (Ya me las imagino sin pegar ojo y sin atreverse a abrir mientras piensan “¿pero que coño pasa esta noche?”).

Una host** bien da era lo que nos querían regalar

Fin del volumen II