Hoy toca hacer memoria (prohibida la Wikipedia!!!) y enumerar con mejor o peor tino, los últimos capítulos que fueron o no fueron (en un post dividido en 2 partes).
- Comenzamos la cuenta atrás con una serie definitoria de los 90: “Seinfeld”. Se dice que cuando su protagonista decidió terminar con la serie, a sus compañeros no les hizo ni puta gracia. Normal. “Seinfeld” lo dejó en lo más alto, retirándose mientras aun gozaba de una audiencia y una popularidad millonaria. Suponemos que para unos actores encasillados de por vida, bajarse de la ola cuando mejor brisa hace no debió gustarles un pelo. Pero así fue, Jerry Seinfeld terminó con la serie de su vida, y lo hizo con un último capítulo (¿doble?) realmente entrañable. Lo vi a las 3 de la mañana durante una emisión en TeleMadrid (ahora TeleEspe, la de los fundidos a negro de 24 horas) así que no lo tengo muy fresco precisamente. Al final sus protagonistas son condenados a permanecer en prisión por todas las veces que se cachondearon o putearon a alguien. Durante el juicio, una ristra de secundarios de la serie les señalaron como culpables de sus desgracias!! La verdad es que ver al reparto entre rejas mereció la pena.
- “La Corona Mágica” y “Flash Gordon”. No muchos recuerdan estas dos series de animación. La primera la emitieron por la 2 hace la tana y la segunda igual pero a través de cadenas autonómicas. El principal punto en común de ambas series era lo a gusto que te quedabas después del interminable periplo espacial, angustias y peligros que pasaban los protagonistas antes de llegar a buen puerto. En concreto, los de “La Corona Mágica” las pasaban canutas y a mi se me llegó a hacer realmente agobiante. Todavía le tengo gato a la malvada reina. Bueno, que coño, al final les pillé manía tanto a los buenos como a los malos. Por eso tengo tan grato recuerdo del último capítulo. ¡Al fin terminaba su agonizante odisea!
- Mi serie favorita, “Búscate la Vida” no pudo tener un final mejor para su cortísima existencia: Chris Peterson hacía una caída libre desde un avión durante la cual recordaba los grandes momentos de su vida. Hacía el final, cuando ya es capaz de ver el suelo sobre el que va a estamparse, hace un recuento de todas las hostias y todos los accidentes mortales que ha tedio y bueno, de antología. Seguro que está colgado del youtube (si vivierais en mi cabeza no lo necesitaríais) así que ya sabéis.
En el último segundo, Chris aterrizaba felizmente sobre una cómoda cama…. Llena de explosivos (¡¡¡¿?!!!).
- Muy pocos lo reconocerán, pero toda España estuvo pendiente del último capítulo de “Farmacia de Guardia”. Lourdes y Adolfo: ¿volverían a casarse? Ahora bien poco le importa a nadie pero durante unos años, aquella farmacia era la segunda casa de los españolitos. ¿O alguien se atreve a negarme que el capítulo protagonizado por Fernán Gómez no es una obra maestra? Mítico!!
El caso es que para el capítulo final tenían pensando filmar al menos dos finales alternativos. Cuando vieron el resultado del primero, donde la pareja protagonista quedaban simplemente como amigos, decidieron darlo por bueno y no rodar más. Nunca olvidaré el último plano de la serie (un cartel en la puerta de la Farmacia): “Cerrado por amistad”. ¿No es pesioso?
De juzgado de guardia
- El tercer puesto, más que merecido, es para “Marco”, un niño que jamás lo habría pasado tan mal si hubiera conocido las Webcams o la telefonía móvil. Menudo matao. A mi realmente me caía mal, por cansino y por vagabundo. Si en lugar de un mono hubiera llevado un perro no estaría muy lejos de los punkis que tocan la flauta al otro lado de la FNAC de Madrid.
El caso es que en su último capítulo, Marco se reencontraba con su amada madre, a la sazón moribunda, para curarla con su mera presencia! Un auténtico milagro señores!! Claro que para último capítulo de hijo-encuentra-madre, el de “Remi”. Muy poca gente recuerda esta serie de animación japonesa pero os aseguro que al lado de Remi, la vida de Marco parecía la de Paris Hilton. El chaval era un huerfanito que tocaba el harpa de ciudad en ciudad, con un monete y unos perros como única compañía. El chaval las pasaba realmente putas:
- A algunos de sus perros se los comen los lobos.
- El monete muere de una pulmonía.
- Un viejuno amigo suyo muere por protegerle, con su abrazo, de una gélida helada a la intemperie.
Os podréis imaginar que con este curriculum (sólo le falto sufrir el paso de un tsunami), el último capítulo, donde se reencuentra con su millonaria mamá, fue una auténtica alegría para un servidor!
- Un auténtico impacto nacional en el segundo puesto: La muerte de Chanquete en “Averno Azul”. No se si fue exactamente el último capítulo pero lo que está claro es que el verano, y la serie, tocaba a su fin en aquel instante. Los niños recibían la noticia como un jarro de agua fría, aunque todos sabemos que lo que pasaba durante aquellos míticos veranos de infancia, en la playa se quedaba. Me apuesto lo que queráis a que al Piraña y compañía se les pasó en el momento en llegaron a su casa y se reencontraron con todos los juguetes que no pudieron meter en el maletero del coche familiar.
Más repiten Los Simpsons y nadie se queja tanto como con ellos
Pero para muertes realmente traumáticas las que vienen ahora:
- En el puesto número 1, no podía ser de otra manera, “David el Gnomo”!! Sí señor, he ahí el perfecto ejemplo de último capítulo de traca!!! No lo he vuelto a ver desde su primera emisión pero os juro que jamás lo olvidaré. El impacto de (paso de spoilers) ver MORIR a los gnomos fue mi 23-F emocional. No llegó a ser un trauma infantil gracias a lo bien llevado que estaba pero aun así creo que no he llorado más en mi vida. Cuando mis padres me vieron entrar en la cocina, con unos lagrimones como puños, pensaban que me había pasado algo. “Se han muertos los gnomoooooos” sollocé. Ahora lo veo como un momento catártico y necesario, una de esas experiencias vitales clave como tránsito hacia la madurez. Hasta ese momento no había tenido ningún contacto cercano con el concepto de muerte, y ahora lo recuerdo como la mejor manera posible. Si existe una serie realmente pedagógica (con todo lo que me escama ese concepto) es “David el Gnomo”. La vida seguía. Los gnomos no sólo habían vivido una vida plena sino que dejaban un gran legado de virtud a sus descendientes. Se convertían en árboles y el pobre zorro Sweet encontraba a una zorra (lo que les pasa a muchos) con la que continuar su vida y tener cachorros. Os juro que cuando recuerdo la muerte de David y Lisa se me ponen los pelos de punta. ¡¡UF!!
Continuará...
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