Ah, las vacaciones, ese lapso de tiempo ocioso que contemplamos con ensueño y esperamos con una mezcla a partes iguales de esperanza y escepticismo a que llegue, porque nos promete un largo y merecido descanso a nuestras tribulaciones, a nuestra labor diaria, y que asociamos con un cambio en nuestra rutinaria existencia. Y tras mucho ansiarlas, llegan y se marchan con la velocidad a la que solo pasan las cosas que realmente nos satisfacen en la vida. En fin, tras este poético preámbulo les voy a resumir brevemente mis vacaciones, que lamentáblemente para mí ya se han terminado. Y lo voy a hacer porque me apetece y porque no tengo nada mejor que contarles.
Cuando comencé mis vacaciones, intenté cambiar de aires y alejarme del mundanal ruido pero, como es habitual en mí, me encontré con extraños seres…
Por lo que decidí viajar a lejanos lugares…
Y contemplar las extrañas costumbres de l@s nativ@s…
Pero ni allí pude escapar del influjo del bunker…
Mirase a donde mirase, encontraba señales que me pedían, que me incitaban, a volver al trabajo bunkero…
Por eso mismo (y porque el deber me reclama), estoy de vuelta para hacerles sufrir con mis tontadas. Que ustedes las disfruten.
2 comentarios:
(-_-)"
Muahahaha, vuelve a la segura, húmeda e insalubre oscuridad del bunker... te estábamos esperando...
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