Increíble es la palabra (bueno, una de las palabras) que me viene a la mente (creo que a mi y a todos los asistentes a este evento) al recordar el extraordinario espectáculo al que asistimos el pasado lunes 17. Les pongo en antecedentes: lunes 17 de marzo, sala Copérnico de Madrid. Una sala medio llena espera para ver y escuchar a Poison the Well (lo sentimos, Stolen Babies, pero no nos dio tiempo a llegar a veros. La próxima vez será). Al entrar, a parte de unos porteros salidos de la peor pesadilla del guionista de Hostel, vemos las caras expectantes y ansiosas del público por contemplar el espectáculo que nos deparará la noche del lunes. A eso de las 21:05, los mencionados Poison the Well saltan al escenario, completamente entregados, dando un espectáculo bastante digno, sobre todo su guitarrista Ryan Primack (se nota que he hecho los deberes, ¿eh?), completamente entregado (sí, esto ya lo he dicho, pero no se me ocurre otro adjetivo...) Y vale, te pueden gustar o no, te pueden sonar todos sus temas iguales (a mi me pasó), el sonido fue un pedo, sobre todo la voz, pero hay que reconocerles que lo dieron todo, e incluso el cantante se soltó a chapurrear algunas frases en español con marcado acento latino (aunque a alguno le sonase a gabacho o portugués... SOY PORTUGUÉS = POISON THE WELL. Cañete's dixit).
Tras Poison the Well la gente comienza a murmurar, se tensa el ambiente y algo extraño comienza a notarse en el aire. ¿Será la promesa de uno de los mejores directos del mundo? ¿o será otra cosa? Sin duda alguna alguna fue esto último, pues los Dillinger salieron como una tromba y barrieron el suelo de la Copérnico con las cabezas de todos los que allí nos encontrabamos, dando un espectáculo digno del pabellón psiquiatrico de Alguien Voló Sobre el nido del Cuco.
¿Cómo? ¿qué dudan de mi palabra? Pues mal hecho, lo allí acontecido esa noche es dificil de explicar y, como una imagen vale más que mil palabras, vean, vean el increíble espectáculo final que montaron estos gamberros de Nueva Jersey, todo grabado en primera persona por Dark Varoken, a quien conocerán los asiduos de este blog: The Dillinger Escape Plan "final de concierto".
Sin duda, una actitud de lo más true en cuanto a lo musical, que es como debería entender todo el mundo el asunto, como puro espectáculo y diversión. Toda una gran lección de buen hacer en el escenario.
Oscuros saludos.
4 comentarios:
Somos Poison de wea!!! ¿que son portugueses? Juas, juas.
Los Dillinger son míticos, de verdad, directo enorme, si vuelven a Madrid me vuelvo a dejar 22€ + 2€de gastos de distribución (hijos de puta, sera para pagar a los maromos nazis).
Mi grupo de cabecera desde ahora. Estoy totalmente de acuerdo, nunca dejaré pasar un directo de esta gente, si es que me lo pasé de puta madre.
¡¡¡Hayyy!!! todavía me acuerdo cuando salíamos eufóricos, de conciertos de Blind Guardian, Stratovarius... Muerte al falso metal.
Una cosa no quita la otra, querido señor talibán, digo anónimo...
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