jueves, 31 de diciembre de 2009
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Madrid Truculento
El pasado sábado 5 de diciembre nuestro patrocinador (porque el Bunker tiene patrocinador ¿o qué se creían?), nos organizó un evento al que asistimos el señor Proctor, Doctor en Parapsicología, Bioquímica Molecular y Malevolencia, y un servidor como representantes del Bunker. Esa noche el frío se adueñó de la capital hasta un nivel en que ni siquiera los trajes termoprotectores del Doctor lograban cumplir su cometido, a lo que tenemos que sumar que el maldito sistema de pompas de jabón seguía sin expulsar nada. Mr. Mauro, también conocido como el hombre que nunca lleva el reloj en hora, volvió a llegar tarde (Inciso de Proctor: Decir que llegó tarde es ser muy benévolo...) y eso, en pleno centro de la capital, con una horda de transeúntes ávidos de puestos ambulantes y productos navideños, es un craso error. Una vez reunido este intrépido grupo de dos, intentamos alcanzar nuestra meta que era la Plaza Mayor, pero el borreguismo navideño, que había conseguido inundar la zona de compradores compulsivos, nos causó un colapso agónico gracias al cual solo conseguimos avanzar un paso cada siete minutos. Eso nos hacía plenamente conscientes de que íbamos a llegar (más) tarde a nuestro destino, lo que sumado al hecho del genio que se gasta nuestro patrocinador, hacía que la situación se pusiera más tensa por momentos... fíjense que hasta mis zapatillas comenzaron a desanudarse de puro agobio, ya me lo dijo Lengua Negra el día de mi cumpleaños mientras sostenía una botella de absenta francesa: “¡El velcro es el futuro, Picotto!”
Tras muchos empujones, codazos, insultos, pisotones y atropellos con carritos de niño, conseguimos llegar al punto de encuentro desde el que salía nuestro evento, que no les he comentado que era una visita guiada por el llamado “Madrid Tenebroso”. Pues bien, resulta que en el susodicho punto de encuentro le enseñamos nuestras entradas a una amable señorita que nos dice: “Esperad ahí al resto del grupo” y nos proporciona unas pegatinas de color fucsia a modo de identificador (una vez más el velcro habría hecho estragos). Nosotros, como buenos muchachos que somos, esperamos obedientemente hasta que otra señorita aparece y nos dice que nuestro "grupo" ya se había marchado, pero que no nos preocupemos, que gracias a un “mapa” rudimentario, pintarrajeado y manoseado que nos dio, los encontraremos. Eso sí, habrá que darse prisa o perderíamos al grupo para siempre en las laberínticas calles del Madrid antiguo. Agobiados, nos pusimos de nuevo en ruta, abriéndonos paso como luchadores de Wrestling americano entre la ingente marabunta navideña que colapsaba la Plaza Mayor. De pronto, un grito alarmado de Proctor me hace girar sobre mis talones; “He perdido la pegatina”, me dice con horror, y mira mi pecho buscando la mía, que, misteriosamente, también había desparecido... pero gracias a mis binoculares con visión nocturna (regalo de empresa), ambas pegatinas volvieron a nuestras solapas, no sin antes tener que apartar las piernas de varios transeúntes zombificados que se disponían a pisarlas. Reanudamos la marcha, pero esta vez tomando ciertas precauciones para que el incidente no volviese a suceder: Proctor, conocido por su desconfianza hacia toda mecánica alejada de la electrónica, mantuvo su mano en el pecho sujetando la pegatina cual patriota al escuchar el himno de su país. Por mi parte la mantuve pegada a mi brazo, manteniéndome durante el resto de la aventura de brazos cruzados.
Tras un rato de callejeo digno de cualquier espía internacional, unas cuantas discusiones sobre que calle tomar que fueron zanjadas por el GPS portátil del Doctor y tras encomendarnos varias veces a los dioses del azar, dimos con el grupo. Bueno, en realidad vimos a una mujer que le susurraba a un micrófono contando lo que parecía una historia de venganzas en el Madrid de los Austrias mientras un grupo de personas hacía que la escuchaba y nos acercamos a ver que pasaba. (Inciso de Proctor: Al acercarnos, obligue al bueno de Mauro a preguntar a la gente allí congregada si aquello era lo que buscábamos. Lo curioso del caso es que era imposible atisbar la voz de la chica a la que pregunto mi compañero de aventuras, pero según él le dijo que sí...). Al rato otro grupo similar al que nuestro se cruzó con nosotros, y ahí fue cuando Proctor se percató de que estábamos en el grupo equivocado, Por ello, y sin que se notara, iniciamos la maniobra de acople con el nuevo grupo. Tras esto comenzamos una ruta en la que encontramos a un actor que decía ser un tal Don Juan de Escobedo, un moribundo que reconoció abiertamente su predilección por los mancebos, cortejando a uno de los viandantes. Después encontramos un mendigo que se olía un dedo que se introducía en el ano sistemáticamente, muchas mujeres encapuchadas y lo que debía ser un travesti disfrazado de La Princesa de Eboli, que sentía una predilección especial por el eco (Inciso de Proctor: El/la muy colgado/a no paraba de insistir en que repitiéramos su nombre, y encima casi me saca a hacer el moñas delante de todo el grupo, menos mal que cazó a la incauta que estaba a mi lado) Entre tanto, me atreví a visitar un local de alimentación chino, pese a la recomendación que un día me dio Lengua Negra de no visitar nunca un lugar tan poco glamuroso. Allí me encontré con un indigente que esperaba para ser atendido pero el tiempo pasaba, Proctor me apremiaba, nuestro grupo se alejaba y nadie aparecía para atenderme. De nuevo y muy alterado, Proctor me incitaba a continuar con la marcha y yo decidí tomar “prestados” unos donuts de chocolate a cambio de un pagaré (Inciso de Proctor: “Prestados”. Seguro que luego los chinos culparon al pobre indigente...), que nuestro patrocinador se encargará de abonar en un futuro (o eso o que Dios se lo pague al tendero chino...)
El caso es que esta alocada ruta prosiguió entre el frío, más extraños personajes travestidos, donuts de chocolate gratuitos (Inciso de Mauro: eso, gratis, que tú ni moviste un dedo para alimentarnos y bien que te lo zampaste, pertinaz...) e historias tétricas para culminar en una escalinata frente a la Catedral de la Almudena en la que nos hicieron sentarnos a ver el ajusticiamiento público de Luis Candelas al que asistieron su novia despechada, el verdugo, un comentarista y la madre del reo. Tan extraño espectáculo terminó entre aplausos del público allí congregado (Inciso de Proctor: para calentarnos las manos, no se crean), dejándonos con la sensación de haber contemplado un espectáculo único. Por lo menos intentaremos repetirlo cuando haga menos frío. Y cuando patrocinador vuelva a invitarnos, claro.
Este post ha sido co-escrito con la inestimable ayuda, apuntes y tocahueveces del Doctor Proctor.
¿Odias la Navidad?: Otra Navidad es posible
martes, 29 de diciembre de 2009
¿Pero de qué coño iba Xena La Princesa Guerrera?
lunes, 28 de diciembre de 2009
Belén último modelo
El buey por su parte ha pasado a ser un troquelado del toro de Osborne, tema que ha levantado numerosas ampollas en Convergència i Unió.
Y como colofón bendiciendo el pesebre, se encuentra el angelito de Madeleine McCain y todo observado, por supuesto, por la mirada todopoderosa y omnipresente de un sistema de video vigilancia las 24 horas del día.
viernes, 25 de diciembre de 2009
Por Navidad, ataque a una celebridad
A mi me parece genial que el pueblo se subleve contra el poder, empezando por estos pequeños gestos de supuestos desequilibrados. Y es que ya lo dijo Carlo Dossi, compatriota de Berlusconi: "Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios"*.
Se abrió la veda hace tiempo con el zapatazo de Bush.
Más tarde, arrancó la moda con Hermann Tertsch.
Inmediatamente después, Berlusconi se ganó algo que llevaba mucho tiempo pidiendo a gritos.
Al poco tiempo, alguien decidió que a Bernard Madoff (responsable de uno de los cataclísmos económicos más chungos de la década) le vendrían bien un par de sopapos.
Y ahora, como no, le toca al más pope de los popes: El Papa. El representante de dios (¿?) en la Tierra no va a ser menos. ¡Contra el suelo hemos topado!.
Así las cosas, no me extrañaría que Esperanza Aguirre pasara las navidades escondida en casa. Claro que tampoco debe tener mucho miedo teniendo en cuenta que tiene poderes sobrenaturales.
Se abren las apuestas. ¿Quién será el siguiente? ¡Dejen sus candidatos en la sección de comentarios! *
Gracias a Maremagnum por el aporte.
Si antes lo digo...
Si hoy te han regalado una camiseta similar, ¡¡QUÉMALA YA MISMO!!
jueves, 24 de diciembre de 2009
miércoles, 23 de diciembre de 2009
El fin de una era
martes, 22 de diciembre de 2009
Compras navideñas
lunes, 21 de diciembre de 2009
Juguetes Intocables (Actualidad Juguetera 2009 Parte 4)
viernes, 18 de diciembre de 2009
Juguetes y Bunkeros: Una combinación explosiva
Durante las últimas semanas de noviembre, a un mes para las navidades, el señor Lengua Negra y el que esto suscribe, acabamos investigando varias jugueterías para ver que nos ofrece esta industria de cara a la campaña navideña. En ellas descubrimos un filón increible del que sacar una gran cantidad de jugo para estas secciones que tanto les gustan a nuestros lectores del Bunker: Las dedicadas a juguetes y otras armas de control mental. Y este post no les defraudará, porque es la guía definitiva de compras jugueteras y versa sobre lo que mola y lo que no en los juguetes de esta temporada. Allá vamos.
¿Qué les ha parecido el parque móvil de Spiderman? No tiene nada que envidiarle al de ninguna escudería de fórmula 1, ¿verdad? Pues esperen, que todavía hay más:
Pero también pinballs, puzzles y miles de tonterías más...
Definitivamente mola más la figura de Veneno con ese toque metalizado ultracool, para niños con esa vena sádica pero entrañable que tanto nos gusta a los bunkeros.
Y sin coche, que no le hace falta. Nosotros nos lo pedimos.
Pero si hay un personaje superheroico que ahora mismo lo tiene todo para acabar en las juguetecas de todos los pequeños monstruos que habitan nuestra piel de toro, ese es Lobezno. Y claro, las mentes preclaras detrás de grandes éxitos como My Little Pony Demolition Battle o Pocoyó Evil Possession nos presentan esta maravilla:
Me imagino a los publicistas: "¿Qué es lo que mas mola de Lobezno? Lo duro que es. ¿Y cómo sería más duro? Montado en una moto. No, una chopper, que es más dura. Pero una chopper no es lo suficientemente cool, necesitamos algo que lo haga aun más duro... Ah, ya sé, ¡¡pongámosle garras a la moto...!!" Auténtico Lobeznostorming...
El caso es que lo vimos en la parte de atrás de los blísters de una línea de figuras de acción horrorosas basadas en los personajes de las películas de Indiana Jones y vimos que era el único que merecía nuestra admiración (por cierto, huyan de las réplicas de Indy, se asemejan a José María Aznar con alopecia facial). Y nos pusimos a buscarlo como locos en todas las jugueterías que pisamos (que fueron unas cuantas) para al final darnos cuenta de que era imposible de encontrar por más que buscamos y rebuscamos. Y ustedes se preguntarán "¿Por qué?, ¿Qué tiene de especial un muñecajo de una película de hace casi treinta años?" Pues que sólo por tener ese nombre que esté agotado es lo más lógico del mundo. Pero es que además el muñeco se sale por la patilla. ¡Si hasta incluyen un corazón arrancado en llamas!. Ni en las mejores camisetas de Gun´s & Roses!
Mola Ram mola. Y mucho. 100% bunkerrecomendado.
Transformers: Los Transformers son una debilidad bunkera desde el día en que comenzaron a emitir la primera serie de dibujos animados en España, hace ya... yo que sé cientos de años. El caso es que hasta que no se estreno la película de Michael Bay, que nos devolvió la franquicia convertida en un producto para adolescentes lleno de jacas y de explosiones y a los robots convertidos en un extraño amasijo de hierros, era bastante dificil encontrar Transformers en las estanterías de las jugueterías de nuestro país, pero ahora se pueden encontrar por doquier estos robots transformables, aunque eso sí, de tres variantes: De la vergonzosa variante amasijohierril de Michael Bay:
Horroroso, ¿verdad? Menos mal que hasta en estas líneas de juguetes tan poco agraciadas hay honrosas excepciones como esta:
La otra opción en cuanto a muñecos transformables la encontramos en la línea de la serie de animación llamada Transformers Animated (¿acaso las otras no eran animadas?), en las que encontramos muñecos de estilo cartoon de lo más molón. Observen, observen:
Sin duda mucho más guays que los otros cachos de plástico que simulan cachos de acero retorcido. Nuestro favorito es este:
Lo destacamos porque es un robot gigante, se transforma en una furgoneta como la del Equipo A y además lleva una guitarra eléctrica que le da ese toque macarra-metalero que todo juguete bunkero debe tener. Creo que si lo veo por ahí me lo compro, pero pasa como con Mola Ram, que está agotado...
Para terminar con los juguetes transformables les vamos a mostrar la última opción, que consiste en una idea que de lo simple que es se convierte en genial: Mezclar superhéroes y robots transformables, para los que no se conforman con los superhéroes al uso ni con los transformers normales:
Aberrantes, ¿no es cierto? Pues mejor no les pongo fotos de la variante de Transformers Star Wars...
Claro que no sólo de figuras de acción transformables viven
Y cañones que montan una buena escandalera al dispararlos. Estamos seguros de que estos arruinarán muchas siestas paternales a partir de ahora:
Tortugas Ninja: Otro must have de estas navidades. Y no, no nos estamos refiriendo a esas tortugas descafeinadas que sacaron con motivo del estreno de la película de animación digital de los quelonios ni a esas otras que se intentan parecer a las del cómic original (y por ende son horrorosas). No señor, nos referimos a estas:
Eso es justo lo que parece, el regalo perfecto, señores: Una reedición tal cual de las auténticas y genuinas Tortugas Ninja de los años 80. Debería haber, como mínimo, una en cada casa.
Hámsters y cobayas S.A.: Y seguimos con animales, pero esta vez con hámsters y cobayas. Porque resulta que alguien quiere hacer a toda costa de estas criaturas similares a ratas personajes de acción deseables para la chiquillería. Y claro, les sale esto:
Pero aun así, el apartado destinado al público femenino infantil es todavía peor (y mira que es difícil):
Para que luego digan que para tener un Scalextric en casa hace falta mucho sitio...
Y ahora delvuelvo la conexión a los estudios centrales bunkeros donde se encuentra Lengua Negra, quien toma el relevo del informe. Adelante compañero.
Así es Proctor. Aquí Lengua Negra desde los estudios centrales para ampliar brevemente la información del post.
Comienzo mencionando ese tipo de figuras que tanto me gustan: pequeñas, horripilantes y poco conocidas.
Los Plasma Kreaps son una pandilla de 5-6 figuras de monstruos metidas en misteriosos cofres. Buen acabado y buena relación de calidad precio, que recuerda los tiempos de Monsters in my pocket o Mighty Max (¡grande!).
El siguiente item me espeluznó más que mil esqueletos aullantes juntos. Y no, no me estoy refiriendo al peluche GIGANTE de la hormiga Barrancas (que acojona de verdad) o una reproducción de las infantitas. Me estoy refiriendo a mister Iggle Piggle, el peluche protagonista de un programa infantil que no se si se verá por estos lares y que tiene pinta de ser más bujarris que el Teletubbie morado, figura que siempre nos invita a la polémica cada vez que la vemos, o no, a la venta en según que lares.
Pasado el susto inicial, terminé por apreciar este aborto del diseño, que tanto me recuerda al mítico Gumpy. Un ser cuya fealdad sólo es comparable a la de las mascotas olímpicas o el logo de una churrería de barrio.
Siguiendo con los peluches espeluznantes, es imposible no hacer referencia a los "dino-bebés" de PlaySkool. Con unos dientes y unos sonidos absolutamente pesadillescos, se me antojan como uno de los juguetes más feos que le puedes regalar a un indefenso niño. ¿Dónde coño está el defensor del menor cuando se le necesita? Claro, se delega toda la responsabilidad a la oficina del consumidor y a correr. Pues desde aquí les decimos a los fabricantes que acudan al consejo bunkero a la hora de lanzar sus productos. ¡Con nosotros como consejeros de dirección, les aseguro que les irá mucho mejor! Ni el fichaje de Tom Hanks en "Big" iba a salirles tan redondo.
En función de la aceptación del presente post, prometemos irnos a investigar muchos más juguetes pero esta vez en las tiendas comunmente conocidas como "los chinos", fuentes inagotables de productos tóxicos y potencialmente peligrosos para la armonía decorativa de cualquier hogar.
Hasta entonces, un cordial saludo de los reporteros más dicharacheros de consumolandia.
Este post ha sido realizado siguiendo los más estrictos controles de calidad jugueterobunkera. Ningún hamster o tortuga ha sido dañado en el proceso, pero si la mente de much@s dependientes de jugueterías...